DE QUE HABLAMOS
El aire atmosférico lleva consigo partículas nocivas con considerables cantidades de partículas de polvo, hongos y bacterias, hidrocarburos, agua, oxido, etc; Los compresores aspiran estas partículas y el proceso interno del equipo hace que los vapores se condensen formando minúsculas gotas que se mezclan con el aceite procedente de la lubricación del compresor.
Esa mezcla es abrasiva y en muchos casos también ácida. Este lodo entra en el sistema de aire comprimido y dan origen a muchas perturbaciones. De esta manera la calidad del producto entregado es menor, además daña tuberías, produce averías en las herramientas y equipos neumáticos ya que las corrupciones solidas perjudican las juntas y las partes móviles de todos los componentes por lo que pone en peligro la calidad del producto final.
Por su parte, el agua origina un desgaste prematuro en el sistema ya que arrastra el aceite que lubrica las partes móviles de las instalaciones produciendo partículas de oxido en las redes de distribución y consumo que deterioran las tuberías flexibles, además de favorecer la formación de hielo en ambientes de baja temperatura.
LOS BENEFICIOS: REDUCIR AL MÍNIMO LOS COSTOS ENCUBIERTOS POR INEFICIENCIAS
MEJORA DE LA CALIDAD - riesgo cero de productos deteriorados o inseguros en los sistemas neumáticos y UNA CALIDAD PREVISIBLE en donde el aire comprimido tiene contacto con el producto final producido
EVITA PERDIDAS DE INVERSIÓN - mayor vida útil de las herramientas disminuyendo los costos de mantenimiento y gastos de energía extra.
MAYOR PRODUCTIVIDAD - buen funcionamiento de máquinas eliminando tiempos improductivos por paradas de producción.
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